Valiente hijo de puta el Ferris Buller...
Creo que es la reflexión que saqué tanto en los 80 como la pasada semana cuando me puse a revisionarla. Un peliculón con toda la magia del cine de John Hughes con uno de los protagonistas más "hostiables" de la historia. Si es que cae mejor su antagonista que este pijo, listillo, y consentido mequetrefe al que le sale bien cualquiera de las acciones col las que disfrutamos durante la película, por que pese a ser un gilipollas... es nuestro gilipollas y aunque queremos que le pillen, no queremos que sus compañeros de aventuras sufran las consecuencias por su culpa, por lo que le damos ese cuartelillo.
Si esta escena fuera de la típica película carcelaria... no se reiría tanto el mendrugo.
Pero todo no es odio alrededor de esta película, al contrario, es ciertamente una de las películas más redondas del cine de Hughes que nos atrapa en la dinámica de los sucesos que encauzan la historia en una espiral de hechos casi sobrenaturales donde solo falta que en algún momento del desfile en mitad de la ciudad alguien comience a repartir cubatas y combinados. Un ambiente mágico, onírico se entrecruzan con situaciones típicamente "deux ex machina" convirtiendo cada minuto en una bacanal del todo vale por la diversión del espectador y por conseguir que Ferris lleve sus planes a buen fin.
A lo tonto me lío con este hoy y el año que viene en las vacaciones con Patrick Swayze
El resto de comentarios y desvaríos los puedes encontrar en la grabación en la que este equipo de pillos formado por: David Webb, Ángel Codón, Sergius Maximus y el aquí escribiente Domingo Dark Vinyl se han saltado las clases para juntarse en la puerta de unos recreativos para grabar durante dos horas y media (si los gitanos que habitan por allí no les quitan el equipo) este alegato a otras de las películas que nos hizo pensar que siempre en el mundo hay un cabrón con suerte... aunque no sea uno mismo...