Desde bien pequeño he querido que una civilización alienígena llegara a la tierra y nos trajera su maravillosa tecnología y poder viajar en un futuro a sus planetas, sin embargo y a día de hoy ese deseo no se ha cumplido, por ello cuando Alien Nation (aunque en español sea Alien Nación) llego a mi vida me filmo ese aura oscura totalmente alejado de lo que en mi imaginación seria un contacto alienígena y totalmente distante a lo que Spielberg nos había vendido con Encuentros en la tercera fase. Siempre me han cautivado los universos distópicos con cierto aura afin al cyberpunk y esta película escenificada en buen grado ese estereotipo necesario para que se haya fijado a lo largo de los años como un producto de calidad.
Las novelas y el resto de universo expandido asentaron las carencias de la película
Bien en verdad que en esta última revisualización se me ha descubierto más floja que la última vez que la había visto, curiosamente no hace muchos años, y creo que es uno de esos casos concretos en los que es muy importante al ver la película el estado anímico y personal en el que te encuentras al enfrentarte a ella. Pese a ello, el concepto d ella película y la idea inicial no ha perdido un ápice de fuerza y bien merece volver a rebobinar para engullir tanto esta cinta como echarle un buen repaso a la casi inconseguible serie que se creo a rebufo y que le guardaba también un buen recuerdo.
Sin más dilación y compartiendo en grupo varios litros de rica leche agria y un bocadillo de castor en su jugo nos hemos juntado un equipo formado por los escorias Isaac Gomez, Pablo Lopez, Champi y el aquí siempre escribiente Domingo Dark Vinyl.
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