Cada vez que me siento en el váter pienso en Mutaugh y sonrió (luego miro detrás por si hay una bomba instalada... que hay mucho cachondo por ahí suelto...).
Si, curiosamente puede ser la escena más recordada de toda la saga o al menos la más recurrente cuando pienso en este par de policías americanos. Una película que entró en mi casa a través de una de las habituales visitas al videoclub cuando un título poderoso como este, tenía la suficiente atracción como para llevártela sin pensarlo dos veces, y si además el dependiente del videoclub te decía que habian muchas explosiones, tiros, acción, para que necesitaba mi padre (y yo) más.
¿Por que cojones cuando nos representan el pasado aunque sea de la semana pasada
es en blanco y negro??
Un variopinto plantel de situaciones cada vez más cómicas y desfasadas llegaban cinta tras cinta y nos hacían olvidar la inicial actitud suicida depresiva que se nos presentaba en la primera parte.
Por ello y no podía ser de otro modo, un grupo de seis lunáticos con sus correspondientes camisas de fuerza integrado por Juan Sánchez, Roberto García, Isaac Gomez, Pablo Lopez, David Webb y el aquí escribiente Domingo Dark Vinyl se han reunido alrededor de estos micros para una vez más disfrutar durante algo más de dos horas de una de las pasiones de nuestras vida, el cine.
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