Habitualmente comienzo contando alguna anécdota y diciendo que era fan superfan de la película de la que voy a escribir, pero en este caso seria meter una trola, y como decía mi profesora cuando no hacía los deberes y ponía alguna excusa extremadamente mala: "no me engañas a mi, sino a ti mismo".
Lo que si viví de primera línea fue el fervor que mis compañeros de colegio le profesaban y la dinomanía que prácticamente en todo el mundo surgió a raíz de esta película que siendo cierto que me molo mucho, no esta dentro de mis favoritas.
Esta versión de Alan Grant si que se enfrentaba de tú a tú con los dinos
De lo que si fui superfan fueron de las versiones que aparecieron para las múltiples plataformas de consolas y las conversiones o versiones emuladas que pude jugar en los recreativos y de las que tengo muchos buenos recuerdos, en especial de la versión para Supernintendo y las mañana es casa de mi amigo Sabas armados con las soluciones de la revista Superjuegos intentando pasarlo sin conseguirlo, y las tardes de Sábado, jugando a la versión de Megadrive que estaba para arcade cuando salía de "fiesta" con los amiguetes a merendar al Pokin´s (hamburguesería mítica en Albacete que cerro hace bien poco).
Cuanto más pixelado, más jurásico
Fue sin duda el origen de la ruptura entre efectos especiales físicos y digitales que nos ha llevado a ver a señores y señoras con trajes llenos de sensores frente a fondos verdes, aunque en esta se utilizaran todas las opciones de manera muy inteligente, y por esa razón pese a la primera parte se estrenara hace un gritón de años es posiblemente de las que mejor aguanta el paso del tiempo y su revisión es todo un gustazo.
¿De verdad no tenia nada mejor que hacer que escuchar los gases de un dinosaurio?
Y últimamente debido a la longitud de los programas lo mejor es dejar de escribir y animaos a que escuchéis estas casi tres horas en las que por casi un descuido nos metimos en este parque temático mortal un equipo formado por los mayores fanaticos de Spielberg que haya conocido y fans extremos de la saga: David Webb, Ángel Codón, Isaac Gomez, Wence y el aqui escribiente Domingo Dark Vinyl. La vida se abre camino.
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