De pequeño en una de las veces que mi madre tuvo que ir al colegio para hablar con la profesora por que yo la había liado de alguna manera o no llevaba los deberes hechos recuerdo que ante la presión de ambas preguntando por que no estudiaba más y por que no era más aplicado tuve que acabar confesando que estaba "viciado con la tele"...
Ay la caja tonta, ese receptáculo que tan buenos momentos nos ha hecho pasar, que nos abría las ventanas a un mundo mágico del que innumerables historias prodigiosas nos mostraban como todo en la tele era posible.
¡¡Mierda!!
En aquellos años 666 canales de pura diversión infernal hubieran sido una oferta irrechazable para cualquier usuario de los 2 a 6 canales disponibles como máximo (con la llegada de las cadenas privadas), sin duda yo también hubiera picado como Roy Knable. Dibujos, series, pelis, concursos, toda esa "cultura" que mamamos durante años y que en esta película se parodiaba de manera inmejorable. No se el número de veces que la he visto, pero tengo claro que es de las películas que no me cansa el volver a revisionar, ya que pasados veintitrés años los gags conservan la frescura del primer día.
No vas a pillar ni estando "animado"...
Hoy no estoy muy inspirado por lo que os doy paso directamente a las dos horas y pico en las que hablamos tanto de Permanezca en sintonía como de un episodio de "Cuentos asombrosos" de donde posiblemente se inspiraron para hacer esta magnífica película.
Un equipo de tele adictos formado por: David Webb, Pablo Lopez, Champi, y el aquí escribiente hombre del mando a distancia, Domingo Dark Vinyl.
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